Habilidades para la vida: Una asignatura pendiente

Realmente como madre me preocupa el futuro de mis hijos. Por supuesto me preocupa el futuro laboral, el futuro económico, el medio ambiente que van a vivir, me preocupan todas estas cosas. Pero también me preocupa su futuro emocional.

Como madre quiero criar hijos sanos emocionalmente para que sean independientes. Ese es mi mayor objetivo en la vida. No es que sean felices, sino que sean independientes, emocionalmente sanos; dotarles delas herramientas necesarias para que cuando pasen por los momentos, inevitablemente, malos de la vida, sean capaces de reaccionar de una manera sana y reponerse y seguir hacia delante.

Sin embargo nos encontramos con generaciones que no han sido bien educadas a nivel emocional. Yo misma tengo muchísimas carencias. Mediante mucho trabajo personal he ido solventando algunas y, en otras, me todavía me queda mucho camino por recorrer, o quizá ni lo consiga nunca. Para mis hijos quiero otra cosa.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las HABILIDADES PARA LA VIDA son “la habilidad de una persona para enfrentarse exitosamente a las exigencias y desafíos de la vida diaria”. Las HABILIDADES PARA LA VIDA propuestas por la (OMS) en 1993, son las siguientes:

Autoconocimiento: reconocimiento de nuestra personalidad, características, idiosincrasia, fortalezas, debilidades, aspiraciones, expectativas, etc.
Empatía: capacidad para ponerse en el lugar de otra persona y desde esa posición captar sus sentimientos.
Comunicación efectiva o asertiva: habilidad para expresarse de manera apropiada al contexto relacional y social en el que se vive.
Relaciones interpersonales: competencia para interactuar positivamente con las demás personas.
Toma de decisiones: capacidad para construir racionalmente las decisiones cotidianas de nuestra vida.
Solución de problemas y conflictos: destreza para afrontar constructivamente las exigencias de la vida cotidiana.
Pensamiento creativo: utilización de los procesos de pensamiento para buscar respuestas innovadoras a los diversos desafíos vitales.
Pensamiento crítico: capacidad para analizar con objetividad experiencias e información, sin asumir pasivamente criterios ajenos.
Manejo de emociones y sentimientos: reconocimiento y gestión positiva de nuestro mundo emocional.
Manejo de la tensión y el estrés: capacidad para reconocer nuestras fuentes de tensión y actuar positivamente para su control.

“Mi mayor deseo como madre no es que mis hijos sean felices, sino que sean independientes y sanos emocionalmente”
Alicia Chica

Quiero un futuro más consciente para mis dos tesoros

En la educación de hoy en día se hace mucho hincapié en la adquisición de conocimientos y conocimientos y más conocimientos. Dicen que se da una educación en valores, sin embargo, te dan a elegir entre religión y valores, cuando creo que valores ya debería tener entidad propia como para darla dentro del currículum independientemente de la religión (de hecho, creo que la religión no debería estar en el currículo, porque es una opción muy personal, subjetiva, de fe, por lo que esto debería educarse en la familia y no en la escuela, pero esto sería otro debate).

Dicen también que las HABILIDADES PARA LA VIDA se trabajan de forma transversal en los currículos, sin embargo, me parece tan de vital importancia, que debería hacerse de forma explícita, ya que las habilidades, como habilidades que son, se aprenden, se deben practicar, tienen una estructura y unos pasos que pueden hacerse explícitos y por tanto, hay que enseñarlas.

Las Habilidades para la vida en el currículo escolar

Me parecería imprescindible que en los colegios dentro del currículo escolar se incluyera una asignatura de HABILIDADES PARA LA VIDA en la que se enseñara educación emocional, comunicación no violenta, habilidades sociales, empatía, asertividad, autoconocimiento, motivación, gestión del estrés, y todas las mencionadas por la OMS.

Creo que colaborar a desarrollar estas habilidades realmente sería útil, ya que, por ejemplo, se sabe que el 80% del éxito, en el futuro de una persona, depende de la inteligencia emocional que tenga. Si es así como esto no se incluye en los contenidos del colegio? Seguro que habrá quien piense que esto es labor de la familia, pero es que, como he dicho al principio, las generaciones que hoy somos padres, tenemos muchas carencias por nuestra propia educación, al igual que nuestros padres la han tenido, y nuestros abuelos,… Por eso, es difícil que enseñemos algo de lo que carecemos y que no sabemos cómo.

Me parece una pena que, cuando se le enseñan a un niño o a una niña habilidades de este tipo sea cuando tiene que acudir a terapia psicológica porque el no tenerlas le está causando problemas… Tiene falta de habilidades sociales, lo llevo a un psicólogo a que se las enseñen. Tiene falta de empatía, lo llevo al psicólogo a que la desarrolle,…

Creo que esto debería de ser un conocimiento universal que se ofreciera todos los niños y niñas, y por supuesto, no esperando a que tengan problemas para que a nivel privado se les ofrezca como tratamiento.

Incluir las HABILIDADES PARA LA VIDA en el currículo sería invertir en prevención. Si se dedicara más a la prevención, se ahorraría muchísimo en tratamientos de salud mental, ya que sería más improbable que esas personas tuvieran problemas mentales en un futuro, puesto que gran parte de los problemas mentales provienen de esas carencias. Si no fijaros en todos aquellos trastornos depresivos y de ansiedad, de relaciones familiares, de pareja, de bulling, de mobing, etc. En todos ellos hay un común denominador y es la falta de gestión emocional y, la falta comunicación, la falta de gestión del pensamiento, la falta de resiliencia, la falta de empatía, etcétera.

Trabajando la inteligencia emocional

Si se nos educara en todas estas habilidades, haríamos personas más sanas, con menos problemas, más felices en definitiva. Y más humanas. Merecería la pena, verdad?

Hago un llamamiento a los políticos del país a que piensen en esta propuesta, incluir en el currículo escolar la asignatura de “HABILIDADES PARA LA VIDA”, por supuesto impartida por psicólogos especializados, no por maestros (con todos mis respetos y admiración a los maestros, pero zapatero a sus zapatos).

El primer político que lo proponga, tiene mi voto incondicional.